skip to main |
skip to sidebar
La Gran Esfinge de guiza se halla entre las esculturas más impresionantes jamás producidas por los antiguos egipcios. Representan a un león gigantesco recostado -alerta y al acecho- con la cabeza de un rey egipcio que luce el clásico tocado Nemes (la prenda listada y plisada para adornar la cabeza con dos solapillas frontales que caen sobre el pecho). La Esfinge mide en total unos 73 metros de longitud por 20 metros de altura, y yace dentro de un profundo hueco parecido a una fosa, adyacente al extremo este del paso elevado que conduce a la pirámide del rey Quefrén,de la dinastia IV.Está esculpida en su mayor parte en la misma roca, pero algunos de sus elementos pudieron haberse construido con mamposteria.
La piedra caliza de la meseta de Guiza está colocada por capas, en las cuales se alternan estratos duros con otros más blandos. La cabeza de la Esfinge se talló en un estrato más duro (o bien extraído en su totalidad de una cantera) y se ha conservado muy bien, a pesar de los daños debidos a causas climáticas o intencionadas -el desperfecto más destacable es la pérdida de su nariz.El cuerpo de la esfinge (excepto la parte inferior)se labró en una piedra caliza más blanda y está muy erosionada.
A lo largo de su historia,la esfinge se ha cubierto parcial o totalmente repetidas veces con mampostería, la cual se ha colocado y tallado para crear réplicas del contorno original de su cuerpo.Tales capas de mampostería se remontan a la dinastía XVIII y protegieron su cuerpo de una erosión mayor.
En otras épocas, la esfinge quedo prácticamente cubierta de arena transportada por el viento, lo cual constituyó una forma más natural de conservación.Sin embargo,durante largos períodos de tiempo, la esfinge debió de permanecer completamente al descubierto.Quizás desde una época tan temprana como la del Imperio Antiguo,estuvo probablemente pintada con brillantes colores:el rostro y el cuerpo seguramente eran rojo, mientras que las lista del tocado Nemes se pintaron en amarillo y azul alternados.Hoy en día,este efecto visual tremendamente impresionate ha sido reeplazado por otro:el romántico encanto del cuerpo de la esfinge,devastado por el tiempo, y su bien conservada cabeza.
La Gran Esfinge presenta dos misterios.El primero está relacionado con su edad.Esta cuestión,que es la menos sígnificativa, desvía la atención de una segunda muchos más fundamental:¿cuál era el propósito de la Gran Esfinge?.
La esfinge:¿primigenia o histórica?
Tratemos primero el tema de la edad. La esfinge es una parte de todo un conjunto de grandes monumentos distribuidos en Guiza, entre los que destacan las pirámides de piedra de los reyes
Quéope (la Gran Pirámide), Quefrén (hijo de Queope) y Micerinos (nieto de Queope). Aunque algunos expertos argumentan que la relación de la esfinge con este conjunto es fortuita y que, de hecho, se labró mucho antes, entre los años 7000 y 5000 a.C. -es decir, unos 4500 o 2500 años antes de que comenzara construcion de la Gran Pirámide. Esta propuesta se basa en la observación, hecha en concreto por el geólogo Robert Schoch, de que la severa erosión del cuerpo de la esfinge se debe a la persistente y pesada lluvia y no a los fuertes vientos cargados de arena del desierto capaces de rasgar la superficie. Estas importantes precipitaciones sólo podrían haberse dado muchos siglos antes del clima semiárido que prevaleció en Egipto en los tiempos del Imperio Antiguo. Sin embargo, tan sólo una minoría de geólogos acepta este argumento. La mayoría cree que la apariencia de la esfinges es compatible con una constante erosión causada por el viento, la cual afecta, especialmente, a la piedra caliza blanda de la parte más grande de la figura.
Los arqueólogos se centran en otros datos que defienden que la esfingen tiene sus origenes en la dinastía IV. Por ejemplo los restos arqueológicos de la cultura egipcia entre los años 7000 y 5000 a.C. relevan un nivel de tecnología y organización social poco susceptible de ser capaz de producir una escultura de tal magnitud, o la sofisticación artística de la que hace gala. Y, lo que es más importante, el adyacente templo del valle de Quefrén y el denominado <>> que se alza a su lado están construidos, en su mayor parte, de enormes bloques de piedra caliza extraídos de la misma cantera que la Esfinge -cantera en la que se ven claramente los distintos tipos de estratos y la variedad de la composición de la piedra. Según algunos expertos, las estruturas de piedra caliza se construyeron antes (como la Esfinge) y despúes se revistieron de granito durante la dinastia IV, pero, de hecho, los dos procesos se dieron en la misma época, y de acuerdo con los datos arqueológicos datan de la dinastia IV.
Además, si nos basamos en la historia del arte -fundamentada en réplicas y restauraciones creadas por ordenador- la comparación entre la cabeza de la esfinge y ciertas estatuas fechedas del rey Quefrén muestra que son contemporáneas.
La guardiana de la pirámide
La mayor parte de la piedra caliza empleada en la pirámide de Quefrén probablemente provenía de la expansión de una cantera gigantesca creada para la pirámide de Quéope y localizada al sur de esta última y al sudeste de la pirámide de Quefrén. No obstante, la piedra utilizada en el templo del valle de Quefrén y en su vecino <> procedía de una cantera independiente, convenientemente ubicada cerca de ambos. Varios factores determinaron el emplazamiento, y tal vez la colocación, de estos dos templos: en primer lugar, estaba el paso elevado que llevaba a la pirámide de Quefrén, el cual se alejaba en diagonal de la pirámide por razones topográficas; en segundo lugar, la propia cantera; y, en tercer lugar, la topografía de la zona y quizás la existencias de un puerto anterior (que dataría de época de Queope). Todos estos factores limitaban la cantidad de suelo disponible sobre el que podían construirse edificios.
Aunque muchos eruditos creen que la Gran Esfinge se planificó desde un principio, es igualmente plausible proponer que se trato de un inspirado accidente. En el transcurso de la extracción de bloques para los dos templos, tal vez se observara que ciertos restos sustanciales que estaban tomando forma entre dos profundas fosas de extracción no necesitarían emplearse, y así se originó la idea de transformarlos en una esfinge, sugerida quizás tanto por la forma como por las ideas contemporáneas que se describen más abajo.
El <>, no obstante, fue un componente originario de los planes de construcción de los monumentos a Quefrén, y si éste y la esfingen estaban espacial y culturalmente relacionados, entonces la última seguramente habría sido también fruto de una planificación. Según este punto de vista, la esfinge está ubicada en relación con el <> hasta tal punto que representa o bien el destinatario de culto como personificación del creador y dios Sol Atum, o bien al rey en forma de esfinge, presentando literalmente el templo y su culto a una encarnación del dios Sol, la órbita solar, mientras cruza por lo alto del cielo a lo largo del día. Sin embargo, mientras que el <> puede tener asociaciones solares, no puede afirmarse de modo alguno que esté conectado con la esfinge. Por ejemplo, la esfinge y el templo no se hallan, de hecho, en el mismo eje central que parece requerir la supuesta conexión, y esto podría haberse tenido en cuenta en el plan original de edificación. Además, el <> no tiene un gran lugar de culto en el lado oeste, que está orientado hacia la esfinge como cabria de esperar ante la presencia de una imagen visualmente tan poderosa. Finalmente, es posible lanzar la hipótesis de que es el templo del valle el que está relacionado conceptualmente con el <>, y no la esfinge. Estos dos templos, aunque no están directamente conectados, se alzan uno al lado del otro y están perfectamente alineados entre sí. Asi mismo, ambos son muy similares, aunque no idénticos, a diferentes partes del templo de la pirámide de Quefrén. El posterior templo del valle de Micerino incorpora un gran patio abierto, característica principal del <>. En el caso de Quefrén, el limitado espacio disponible podría haber descartado esta posibilidad.
En esta circunstancias, la Gran Esfinge podría concebirse como una figura vigía que no constaba en los planes iniciales de edificación, semejante a las esfinges en relieve que guardan las entradas de los pasos elevados de los complejos piramidades que datan del tardío Imperio Antiguo. Aquí arrollaban y desgarraban a los enemigos extranjeros de Egipto, desvalidos ante esta personificación leonina del poder real. Los extranjeros se equiparaban con las negativas fuerzas caóticas que atacaban al cosmos en todo su conjunto, y de ahí que las esfinges protegieran, asimismo, los complejos piramidales -pues representaban el cosmo y los lugare de culto reales- frente a la penetración de los males sobrenaturales capaces de amenazar al difunto monarca, a quien se evocaba todos los dias mediante rituales en su remota cámara de ofrendas.
La Gan Esfinge, adecuadamente colocada hacia el final del paso elevado de Quefrén, puede leerse como otra manifestación de este concepto, y encuentra su reflejo en laqs esfinges menores que seguramente habían flanqueado las entradas del templo del valle de Quefrén. Por lo tanto, no habría un culto dedicado específicamnete a la esfinge, y el <> forma, de hecho, parte del conjunto funerario de Quefrén, lo cual explica por qué en las inscripciones contemporáneas y posteriores sólo se contempla a quienes redían culto particular a éste (y en cambio no se menciona a ninguno que rindiera culto a la esfinge).
texto sacado de mi libro los 70 grandes misterios del antiguo Egipto
Los seres humanos que ocuparon el valle del Nilo y se instalaron en él para formar posteriormente el pueblo egipcio, se encontraban agrupados en clanes o NOMOS.
Estos clanes se establecieron a lo largo del valle, sobre las dos laderas del río.
Cada uno tenía su propio gobierno de tipo monárquico, su religión era totémica.
Estos clanes mantuvieron estrechas relaciones entre sí, obligados para mantener el territorio a salvo de los desbordamientos del río, pues esta defensa sólo podía ser realizada con el apoyo de todas las comunidades, no tardaron mucho tiempo para que se formara un estado unificando a todos lo Nomos, pero antes los clanes se agruparon en dos grandes reinos formando así lo que hoy se denomina el alto y bajo Egipto.
El principal atributo de la realeza Faraónica es el Schent o corona de todo Egipto, formado por una combinación de los emblemas del alto y bajo Egipto, como consecuencia de la unión política, la religión en Egipto se unifica, y de la misma manera en que el jefe del clan dominante se impone a todo el reino, el dios totémico de ese clan del primer Dios para todos los demás clanes.
El alto Egipto reconoce este carácter al Nomo del Halcón (Horus) y el bajo Egipto al clan de la Serpiente (Ureus).
Se atribuye a Nermel (Narmel) La unificación de los Nomos.
Nermel también es el fundador de la primera Dinastía, ostentando ya el Título de Señor de las dos tierras (alto y bajo Egipto), un sucesor de Narmel (Mina o Menes) funda la primera ciudad llamada Menfis, pero en realidad este nombre es griego, pues su nombre real es HERKAPTAH, QUE SIGNIFICA:
HER- CIUDAD CENTRO
KA- QUE TIENE RELACIÓN CON
PTAH- LA DIVINIDAD DE LA CIUDAD
Fue la primera ciudad importante formando la primera dinastía:
Mina y Soser. Los clanes totémicos que formaron los Nomos egipcios estuvieron organizados bajo el sistema de propiedad común, sin reconocer otra propiedad privada que la de los objetos de uso personal.
Tal carácter se mantuvo casi sin solución de continuidad bajo las primeras dinastías.
Cuando se produjo la unificación total de los clanes y la concentración del poder político en el FARAÓN, la propiedad de las cosas pasó a pertenecer a este ultimo, que tuvo en sus manos la economía de toda la nación. El trabajo individual de cada persona le pertenecía.
La división del trabajo numerosas, bajo una organización económica centralizad, dio origen a la formación de clases sociales.
En el campo los Agricultores y criadores de ganado; en las ciudades, albañiles, carpinteros tejedores, zapateros, todos trabajando bajo la dirección de un capataz, y sus productos eran propiedad fiscal a cargo de un capataz.
La clase de los escribas tenía a su cargo las tareas intelectuales de la administración publica, siendo los escribas también funcionarios.
Al lado del Faraón se situaban los visires o ministros, encargados de la administración central, quienes actuaban siempre en nombre del Faraón o monarca respectivo.
Se da un hecho clave cuando los sacerdotes atestiguan que Soser (Faraón de las Primeras Dinastías) nació procedente Rá, entonces el estado se vuelve en una unidad teocrática algunos creen que en Egipto se formó un estado cuasi feudal, pues los campesinos eran esclavizados también en las tierras del clero llamándoles esclavos de Dios.
Dado este carácter teocrático, se identificaba al Faraón con la divinidad, los sacerdotes eran en realidad funcionarios públicos, cuidaban los tesoros y los archivos oficiales.
A partir de la dinastía XVIII comienza la expansión del estado para llegar a convertirse en un imperio, donde comienza a ser importante el ejercito que en su mayoría estaba formado por extranjeros, negros y Libios.
Este sistema económico-político fue transformándose de manera gradual. Los monarcas de las cuadres tuvieron a su cargo la propiedad privada de la tierra dentro de su jurisdicción y los sacerdotes se en depositarios de tierras y de los tesoros depositados en sus templos.
Así se fue debilitando el poder y prestigio del monarca, a favor del prestigio de mercaderes e industriales, favorecidos por el aumento de la población. Hacia el año 2160 A.C. se inicio una campaña de unificación que logro su objetivo en el año 2000 A.C. con el triunfo de los príncipes de Tebas, fundadores de la dinastía XII y reorganizando todo Egipto bajo un sistema diseñado para que el Faraón dictara la ley, y a la vez este sometido a ella, y para evitar posteriores desordenes, y protegerse de peligros externos, se creo un ejercito numeroso.
Este ejercito numeroso, y los posteriores privilegios que se le dieron , como clase, le proporcionó una condición social a las demás, con excepción de los sacerdotes.
Hacia el año 1750 A.C. se produjo la invasión por parte de los Hicsos , en síntesis la presencia de los Hicsos no fue en todo el territorio egipcio, pero sin embargo su presencia causo desordenes, aún en territorios no conquistados por ellos.
Los príncipes de Tebas, aceptaron una situación de vasallaje, para llevar a cabo la reconquista total del territorio perdido.
En la cumbre de las sociedad egipcia estaba el faraón.
Mandaba al ejército y gobernaba el país a través de una red de nobles, funcionarios y escribas.
Diestros artesanos se encargaban de construir y decorar templos y tumbas.
Pero la mayoría de egipcios eran campesinos que trabajaban la tierra.
FARAÓN
OFICIALES DEL EJERCITO
ESCRIBAS
FUNCIONARIOS
SACERDOTES
SOLDADOS
COMERCIANTES
ARTESANOS
CAMPESINOS
ESCLAVOS
SIRVIENTA
Muchas mujeres trabajaban como sirvientas domésticas de los ricos.
CRONISTA
Los escribas eran importantes porque eran de las pocas personas que sabían leer y escribir.
Anotaban muchos detalles de la vida cotidiana.
FUNCIONARIOS
El estado era altamente burocrático.
En todas las ciudades había funcionarios.
Estos cobraban impuestos, y organizaban los préstamos y los contratos matrimoniales.
MÚSICOS
A los egipcios les gustaba disfrutar de la vida.
Bailarines y músicos actuaban ante la corte del rey y en fiestas privadas.
También actuaban ante multitudes bulliciosas durante festivales y celebraciones.
ARTESANOS
La mayoría de los artesanos estaban empleados en talleres de los palacios reales o templos.
CAMPESINOS Y SIRVIENTES
La gran mayoría de los antiguos egipcios eran campesinos.
Trabajaban en los campos a orillas del Nilo, canalizando el agua de las inundaciones y plantando y segando cultivos.
Muchos otros trabajaban de sirvientes y peones.
Pocos sabían leer y escribir, pero disfrutaban de más libertad que los esclavos, que eran escasos.
Los campesinos que no pagaban sus impuestos recibían una paliza.
En la época de cosecha había mucho trabajo.
Cosechaban la uva para llevarla en cestos a la prensa.
Del zumo se hacía vino.
Los egipcios creían que en el cielo trabajarían para los dioses en el Cañaveral.
Los ricos eran enterados junto con figurillas (ushabtis), para que trabajaran por ellos.
LA CASA DE UN TRABAJADOR
Las casas de los egipcios de clase baja eran pequeñas y estrechas.
Sus habitaciones pasaban la mayor parte del tiempo en las azoteas o cocinando en el patio.
En invierno, una hoguera calentaba la habitación y el ambiente se llenaba de humo.
ESCLAVOS
Los esclavos nunca fueron numerosos en la sociedad egipcia y casi no existieron asta el Imperio Nuevo.
La mayoría de esclavos eran extranjeros, capturados en las guerras que los egipcios contendían fuera de su país.
Los esclavos podían ser comprados y vendidos como ganado, pero también podían arrendar tierras y comparar su libertad.
Los criminales más peligrosos eran azotados o se les cortaba la nariz y luego eran enviados a las minas del Sinaí o de Nubia.
CLASE MEDIA
La eficiente administración egipcia estaba dirigida por una clase media instruida, formada por escribas y funcionarios.
Los oficiales militares dirigían el ejército, mientras que los sacerdotes organizaban las oraciones y las ofrendas de los templos.
Más abajo en la escala social estaban artesanos y comerciantes, con más nivel de vida que los campesinos.
Las familias acomodadas de la clase media tenían sirvientes que cocinaban, limpiaban para ellos y les ayudaban a lavarse y vestirse.
MÉDICOS
Solo existen dos imágenes conocidas de un médico trabajando.
Sabemos que muchos sacerdotes y escribas ejercían también como médicos.
Algunos se especializaban en el cuidado de los ojos, de los dientes o de la cabeza.
ARTESANOS
Trabajaban muchas horas bajo el calor y entre la suciedad , y se valoraban poco las bellas obras de arte que producían.
SACERDOTES
En multitud de templos de todo el país, grupos de sacerdotes y de sacerdotisas hacían ofrendas a los dioses en nombre de su faraón.
A cambio, se les premiaba con tierras y unos ingresos sustanciosos.
Aunque cuando se piensa en los sacerdotes del Antiguo Egipto se relaciona esta clase social con símbolo de poder, no fue siempre así.
Había templos, como el de Karnak, que contaban con una gran plantilla dedicada, además de algunos temporales, y que ejercían gran poder sobre la sociedad o el faraón, pero el sacerdote como tal no era una persona representativa ni debía dedicarse por entero a sus deberes hasta el Reino Nuevo.
A pesar de que ya en los primeros tiempos existían que se dedicaban a algunas funciones relativas al culto, hasta la XVIII dinastía no surge como clase social, momento en el que existió gran cantidad de clero dedicado exclusivamente a labores religiosas.
Normalmente el faraón era el encargado de designar a la persona que dirigía el templo, pero a finales del Reino Nuevo se impuso la costumbre de heredar de padres a hijos las labores.
En el periodo ramesita se convirtieron en una clase social depositaria de la cultura intelectual, y junto con los escribas estaban altamente reconocidos.
Existían escuelas dedicadas a la preparación de los jóvenes al sacerdocio, jóvenes que se reclutaban, normalmente, de familias nobles.
Recibían los ingresos de las ofrendas que se depositaban en los templos, y de los trueques que realizaban de productos de los que carecían.
La subsistencia estaba garantizada por la propia importancia del templo, no obstante los sacerdotes no tenían grandes ingresos privados.
Su labor se dividía en los oficios diarios en el templo, que se realizaban tres veces al día en el santuario y sus obligaciones en festividades religiosas.
En las ceremonias religiosas las lecturas eran realizadas por el sacerdote lector, que además era el encargado de recitar las fórmulas mágicas que ayudarían al difunto en el Mas Allá, durante los funerales.
Los servicios diarios, oficiados como símbolo de servicio al dios, consistían en vestirlo y alimentarlo.
No existían sacrificios con sangre a los dioses.
Al dios se le servían manjares en bandejas, y las sobra se distribuían entre las estatuas de particulares admitidos en el templo, y finalmente lo que pudiese quedar se daba a aquellos a quienes el faraón había provisto de una renta alimenticia a costa del templo.
Existían dos clases, la clase inferior, los puros (Uâbu) dedicados a funciones meramente materiales y los sacerdotes "esclavos del dios" dedicados a labores sagradas, y sólo los muy antiguos, como los de Heliópolis, obtenían el título honorífico de "gran sacerdote", el resto eran simplemente "esclavos de dios".
ESCRIBAS
En la mayoría de ciudades y pueblos, los únicos que sabían leer y escribir eran los escribas, lo que les convertía en personas muy importantes e influyentes.
En las obras de arte se les suele representar sentados con las piernas cruzadas.
FUNCIONARIOS
Del gobierno se encargaban los funcionarios del estado, desde el visir hasta el máximo hombre de estado, pasando por los funcionarios locales, que resolvían los asuntos cotidianos o en cada distrito o nomos.
EL EJERCITO
Las fuerzas de combate de Egipto se formaron a partir de la tradición del Imperio Antiguo de reunir tropas cuando le surgía alguna emergencia al bien provisto ejército del Imperio Nuevo.
La máxima autoridad era el faraón.
Después estaban los oficiales con graduación, que mandaban al cuerpo de soldados, que luchaban a pie o montados en carros.
Condecoraciones Para agradecer a los soldados su coraje en la batalla, el faraón les regalaba moscas de oro, hechas en los talleres de palacio por los mejores orfebres.
Las moscas doradas se llevaban colgadas alrededor del cuello y significaban que un soldado había "picado" a un enemigo.
Formación para la batalla
Durante la época caótica que siguió al hundimiento del Imperio Antiguo, muchos príncipes regionales tuvieron ejércitos.
Esta figurilla de la tumba del príncipe Mesehti podría ser una representación de su ejército privado.
El faraón y su consejo de guerra decidían las estrategias a seguir.
Cada unidad del ejército egipcio llevaba su bandera para que resultara fácil identificarla durante la batalla.
Las órdenes se daban a toque de trompeta.
Armada con hachas y arcos, la marina libraba batallas desde los barcos, que lucían mascarones de proa en forma de dioses y nombres como "Toro salvaje", "Estrella de Egipto" o "Alma de los Dioses".
En tiempos de paz, el ejército tenía que cavar acequias, trabajar en las minas o sacar piedra para los templos y pirámides.
La marina realizaba expediciones comerciales.
Durante el Imperio Medio se construyeron inmensos fuertes de adobe para proteger la frontera de Egipto con Nubia.
En el arte egipcio estos fuertes sitiados nunca se representan.
Muchos soldados eran reclutados a la fuerza y eran enviados al campamento base, donde les cortaban el pelo y los adiestraban en el manejo de las armas.
Los escribas del ejército registraban los reclutamientos, las provisiones, las armas y las pagas.
Muchos escribas se convirtieron en oficiales y formaron parte del estado mayor, que decidía las tácticas de guerra.
LA MUJER
La mujer tenía un papel claramente definido.
Se encargaba del cuidado de la casa y de los niños.
Muchas realizaban trabajos muy duros, como labores en el campo.
Pero, según la ley, la mujer tenía los mismos derechos que el hombre.
Una esposa podía llevar a su marido ante los tribunales si éste la maltrataba.
Algunos matrimonios eran concertados, pero otros eran por amor.
Los hombres podían tener varias mujeres, pero el contrato matrimonial protegía a la esposa y a los niños, por lo que la mayoría de hombres sólo podía mantener a una mujer.
El trabajo principal de la mujer era criar a los hijos.
Las madres llevaban a sus bebés colgados en cabestrillos.
Si una mujer no podía tener hijos, su marido buscaba una amante y la familia adoptaba al hijo de ésta.
Las madres amamantaban a sus hijos abiertamente.
Existe un grabado en el que la reina Nefertiti está amamantando a su hija.
La leche sobrante se guardaba en jarras.
Las madres que tenían poca leche rezaban a la diosa Isis.
Muchas mujeres trabajaban como sirvientas.
Otras eran nodrizas, panaderas, tejedoras, cantantes, bailarinas, músicas e incluso doctoras.
Pero las mujeres no podían desempeñar un cargo público.
El título de "sacerdotisa" era uno de los pocos que podía ostentar una mujer.
Otro era "Músico del Templo". Los criminales egipcios recibían una paliza.
Pero se hacía una excepción con las mujeres embarazadas para no dañar al inocente que tenía que nacer.
El castigo se aplazaba hasta después del parto.
EL FARAÓN
Los egipcios creían que su faraón era un dios viviente.
Sólo él podía unificar el país y mantener el orden cósmico o Maat.
También creían que cuando moría, alcanzaba la vida eterna, no solamente para él, sino también para su pueblo.
El poder del faraón era absoluto. Mandaba al ejército, fijaba los impuestos, juzgaba a los criminales y controlaba los templos.
Se asociaba al faraón con los dioses sol y cielo, especialmente con Horus, el dios cielo con cabeza de halcón.
El nombre del faraón se escribía en el interior de un cartucho: un disco ovalado, símbolo del poder del rey sobre "todo lo que envuelve el sol".
Hapy era el dios de las inundaciones del Nilo.
Era representado con un rey, ataviado con el tocado real nemes y una barba postiza. Sus pechos femeninos eran símbolo de sus aguas, que daban vida a Egipto.
El faraón era todopoderoso. Los visitantes besaban el suelo que pisaba.
Pero aquel que lo tocara sin su permiso podía ser condenado a muerte.
Los funcionarios importantes eran llamados "amigos del faraón".
Ostentaban títulos como "Portador del abanico de la derecha del rey" o "Amo del caballo".
Muchos vivían en el palacio. En las grandes ocasiones, se unían a ellos sumos sacerdotes y funcionarios de todo Egipto.
Mientras el rey vivía, le asistían en los asuntos de estado.
El deporte de los reyes y de su corte era la caza.
Los nobles mataban aves con palos arrojadizos.
En todo el palacio se hacía patenten el poder del faraón.
Los tronos se decoraban con cautivos, que simbolizan el control que el rey tenía sobre los extranjeros y su papel como defensor de Egipto.
Era muy importante para el rey tener un heredero.
Si su primera esposa no tenía hijos, un hijo de cualquiera de sus otras esposas se convertía en heredero.
Si un rey no tenía hijos, el siguiente faraón podía empezar una nueva dinastía.
El faraón vivía en un harén, una corte formada por muchas esposas y otras mujeres.
Estas lo lavaban y le vestían muchas veces al día, además de satisfacer todas sus necesidades.
Un rey podía tener muchas esposas. Para mantener el linaje dinástico puro, los faraones a menudo se casaban con sus hermanas y con sus primas y, a veces, incluso con sus hijas.
La primera esposa del faraón gobernaba junto a él, como reina. El rey representaba al todopoderoso rey Sol, mientras que ella era asociada con Hator, la diosa del amor, y con Isis, la diosa madre.
LA VESTIMENTA
Se vestían con ropas de algodón sencillas. Los hombres se ponían una falda corta y dejaban el pecho al descubierto.
A veces se ponían un manto o una pieza de lino por encima de los hombros.
En las noches en que refrescaba, se ponían túnicas de manga larga.
En épocas posteriores, se extendió el uso de túnicas y vestidos plisados. tanto los hombres como las mujeres llevaban peluca.
El egipcio corriente llevaba ropa de algodón basta, mientras que los ricos vestían ropas más ligeras y delicadas.
La tela más fina era el "algodón real", semitransparente.
Los egipcios conocían los tintes, pero casi siempre llevaban algodón blanco natural.
Probablemente, se utilizaran tableros estriados para hacer los pliegues de la ropa de los ricos.
Los egipcios no sentían pudor ante su cuerpo. En el arte, los reyes suelen ser representados con faldas muy pequeñas y las reinas con vestidos casi transparentes.
En las ceremonias importantes, el rey lucía una falda larga y una capa muy elaborada
con muchos pliegues.
Los egipcios se envolvían con la ropa, en vez de cortarla para adaptarla al cuerpo.
Las mujeres peinaban los tallos de la planta de lino para que saltaran las púas, a continuación, separaban las fibras del tallo y las hilaban con un huso, sujeto por una espiral.
Luego, en un telar, tejían ropa con los hilos.
Los campesinos y pescadores trabajaban desnudos.
Los ricos disfrutaban del servicio de lavanderos profesionales.
Los pobres lavaban la ropa en el río.
La mayoría de los egipcios iban descalzos.
Pero los sacerdotes y los ricos llevaban sandalias, que eran de cuero o de juncos como el papiro, que crecía en las ciénagas del Nilo.
Los sacerdotes vestían las estatuas de los dioses por la mañana y las desvestían por la noche.
Joyas y maquillaje Los egipcios se esmeraban en su aspecto físico. Hombres y mujeres se aplicaban aceites en la piel, se pintaban los ojos con gruesas capas de maquillaje y se rociaban con perfumes la ropa. En las fiestas, las mujeres adornaban sus pelucas con conos de incienso, que se disolvían lentamente, esparciendo perfume sobre su pelo y ropas.
Los ricos exhibían joyas de oro con relucientes piedras semipreciosas.
La pintura verde para los ojos procedía de la malaquita; el kohl negro para los ojos, de la galena; la pintura roja para los labios, del óxido de hierro.
El kohl se guardaba en tarros y se aplicaba con utensilios metálicos.
Incluso los niños se ponían kohl, pues, protegía de las infecciones. Como a los egipcios no les gustaba el vello corporal ni el pelo, se afeitaban la cabeza y el cuerpo con hojas de bronce.
Llevaba pelucas hechas con cabellos humanos, rizadas o trenzadas en una gran variedad de estilos.
Utilizaban un cinturón de oro, que era una pieza de joyería que se llevaba en la cintura. Estaba hecha con cornalillas, amatistas, lapislázuli y turquesas, además de amuletos de oro de la buena suerte.
Los egipcios no tenían espejos de cristal, sino que se contemplaban en discos de cobre o bronce pulidos. Las superficies relucientes, les recordaban al sol que adoraban.
OCIO Y JUEGOS
Los egipcios vivían la vida plenamente. En los festivales públicos y en fiestas privadas, comían y bebían entretenidos por cantantes, bailarines y músicos.
Los niños jugaban al are libre bajo el sol, mientras los adultos se divertían practicando deportes como la caza y la pesca.
En los ratos de tranquilidad, escribían poesía y se distraían con juegos de mesa.
Debido al clima cálido de Egipto, los niños y las niñas pasaban mucho tiempo al are libre, nadando, bailando, montando burros y jugando a la pídola o a la lucha de la cuerda.
Jugaban con pelotas, muñecas, animales de juguete y con animales de compañía como gatos, pájaros y burros.
El juego de mesa más popular entre los adultos era el "senet".
A Tutankhamón le gustaba tanto, que fue enterrado con cuatro tableros.
Fueron los primeros en pescar por placer. Los nobles a menudo son representados sentados en sillones, pescando indolentemente en los bien provistos estanques de sus jardines.
Es curioso que en algunas zonas, los peces eran criaturas sagradas y, en otras una parte importante de la dietas, lo que en algunos casos provocó guerras entre ciudades vecinas.
Para la caza, utilizaban arcos y flechas. Durante el Imperio Nuevo, los arqueros disparaban a sus presas mientras iban montados en sus carros.
Practicaban disparando flechas a unas dianas cuadradas de cobre.
Las escenas de fiestas demuestran que a los egipcios les gustaba la música y el baile.
Muchas pinturas muestran a una mujer tocando una flauta doble, mientras que otras la acompañan dando palmadas o bailando.
En el arte egipcio, es muy raro encontrar figuras de frente.
Los dados no llegaron a Egipto hasta el período griego.
Antes, jugaban arrojando palos. Estos palos tenían un lado llano y otro redondeado.
Probablemente, el número de palos con el lado llano hacia arriba determinaba la tirada del jugador.
Tapones: Los niños hacían girar tapones de cerámica con los dedos o con un cordel enrollado a su alrededor.
Pelotas de arcilla: Se han encontrado pelotas de papiro, tela y cuero. Las pelotas de arcilla de colores vivos estuvieron llenas de semillas o de trocitos pequeños de arcilla cocida para que sonaran al ser lanzadas.
Gato de juguete: Tallaban una figura con forma de gato de madera, su boca se abría y cerraba al tirar de una cuerda.
Algunos animales de juguete antiguos tenían ojos de vidrio, y patas y colas movibles. Caballos y momias: Tallaban caballos de madera que arrastraban por un cordel que le atravesaba el hocico. Se han encontrado momias diminutas, de animales y pájaros, hechos con barro del Nilo y metidas en sarcófagos.
Podría tratarse de juguetes hechos por niños o de ofrendas votivas.
El juego del Senet: El "senet" se jugaba haciendo avanzar fichas en un tablero de 30 casillas, de las cuales algunas eran peligrosas y otras daban buena suerte. Desgraciadamente, se han pedido las reglas del juego.
Competiciones: Los hombres hacían competiciones de boxeo, lucha libre y esgrima. El rey Ramsés III celebró el primer torneo de esgrima de la historia en el 1.250 a. C. Los egipcios luchaban con palos de madera contra soldados aliados.
El juego de la serpiente: Fue uno de los primeros juegos de mesa egipcio.
El tablero tiene forma de serpiente enroscada. Los jugadores empezaban por la punta de la cola y tenían que intentar colocar las fichas en la cabeza de la serpiente, que estaba en el centro.
La caza y la pesca
El deporte principal de los egipcios acomodados era la caza. En los primeros tiempos, los nobles perseguían antílopes, toros y leones a pie.
Más tarde, cazaban montados en carros tirados por caballos. Los faraones se enorgullecían de su habilidad. Amenhotep III se jactaba de haber matado 102 leones en sus diez años de mandato, y Tutmosis III hacía alarde de haber matado 120 elefantes en un viaje a Siria.
Para cazar antílopes, utilizaban perros adiestrados e incluso hienas, también con ellos los dirigían hacia las trampas. Las hienas se metían en las reservas de caza, por lo que las cazaban junto con las otras presas.
Además, también las cazaban porque eran una amenaza para los rebaños.
Los que cazaban en la ciénaga usaban redes para atrapar peces y aves silvestres. Atraían a los pájaros poniendo cebos como granos de maíz o gusanos en las redes.
Pescaban para comer y para divertirse. Durante el Imperio Antiguo pescaban con redes o con lanzas. Más tarde se extendió el uso de la caña de pescar.
Los pescadores utilizaban anzuelos y redes para atrapar peces.
Los nobles preferían cazar aves con palos arrojadizos, semejantes a un bumerán.
Estos palos rompían el cuello al ave.
Los egipcios celebraban los nacimientos, los matrimonios y los acontecimientos religiosos con fiestas. A veces también daban fiestas para los amigos.
A los ricos les gustaban mucho las celebraciones. Los cocineros preparaban abundantes comidas condimentadas con hierbas y especias.
Engalanados con sus mejores ropas, los invitados se sentaban en sillas o en el suelo en cojines, para comer con los dedos y beber grandes cantidades de vino.
Los anfitriones contrataban a músicos para que tocaran y cantaran durante el festín.
Era en las cenas donde se empleaban más bailarines, acróbatas y otros tipos de artistas. Actuaban al acabar en banquete.
Los invitados bebían demasiado; algunos incluso vomitaban en recipientes y eran llevados borrachos a sus casas.
Las pinturas que representan ofrendas de comida nos dan una idea del tipo de alimentos que los ricos servían a sus invitados.
Música y danza
Las celebraciones egipcias no serían completas sin música y bailes. En las fiestas, los cantantes actuaban al compás de arpas, laúdes, tambores, flautas y panderetas.
Los invitados cantaban y daban palmadas, dejándose llevar por el ritmo vibrante de las orquestas egipcias, mientras los bailarines saltaban y daban vueltas. A menudo, la música también acompañaba al trabajo.
En la música egipcia, el canto tenía mucha importancia. En las pinturas funerarias los arpistas suelen ser hombres ciegos. No sabemos como era la música egipcia porque nunca fue escrita.
Tocaban una gran diversidad de instrumentos, lo que sugiere que la música era muy variada. Usaban platillos de bronce para marcar el ritmo.
Los platillos, las campanas y unos sonajeros metálicos llamados "sístros" eran empleados para tocar música religiosa.
Algunas letras de canciones del antiguo Egipto han perdurado hasta nuestros días.
"Disfruta de la vida mientras puedas" reza el Canto del Arpista, grabado en la tumba del rey Intef. Las arpas, que aparecieron por primera vez hacia el año 2.300 a. C., podían llegar a tener hasta 20 cuerdas y ser tan altas como una persona.
También utilizaban castañuelas egipcias muy grandes hechas de marfil.
Los músicos las sostenían con una mano y las hacían golpear unas con otras.
Los hombres bailaban con los hombres y las mujeres con las mujeres, nunca bailaban juntos.
La pirámide Asesinada:
Pazair es un joven juez en una provincia del su de Egipto ques es llamado a Menfis,la gran ciudad del Norte.Conforme a las predicciones de un visionario,en ella se ha maquinado un monstruoso complt para derrocar a Ramses el Grande.Nada podrá evitarlo,nada exceptoun insignificante juez que se niega a firmar un documento administrativo que no entiende.
Con la ayuda de su hermano de sangre,Suti,el juez Pazair busca la verdad.En el camino encuentra a Neferet,bellísima doctora que ha llegado a ser medico la corte.El juez se enamora de ella y consigue descubrir la traición de un importante general del ejército egipcio.Pero los implicados en el complot detienen a Pazair y hacen creer a Neferet que el joven ha muerto.
Es la única egiptóloga española residente en el país de los faraones y disfruta como nadie deslizándose por los oscuros recovecos de un yacimiento, cubierta de arena y harta de sol. Así firmó el descubrimiento más importante de un arqueólogo español, la estatua de 12 metros de altura de Amenofis III. Myriam Seco, sevillana de 35 años, habla cinco idiomas y llegó en 1995 al Valle del Nilo, donde se ha hecho un hueco en la nómina de los grandes egiptólogos. Y eso que nada más aterrizar en El Cairo casi se vuelve horrorizada por el caos y la violencia de la ciudad. Donde Myriam se apasiona es buscando tesoros ocultos; bajo tierra o bajo el agua del mar.
¿Cómo se distingue a un turista infiltrado en unas excavaciones en Egipto de un auténtico arqueólogo? ¡Por las gafas de sol! Pese a trabajar a plena luz, un arqueólogo que se precie nunca lleva gafas, ya que los cristales oscuros impiden percibir los pequeños detalles que pueden convertir un hallazgo de apariencia común en una pieza única.
Más difícil es diferenciarlos por el sombrero, de uso obligatorio para los egiptólogos que realizan campañas en el exterior. Muchos de los turistas aparecen en las inmediaciones de las excavaciones disfrazados de Indiana Jones. “Se les detecta enseguida”, comenta con picardía Myriam Seco, de 35 años, única arqueóloga española radicada permanentemente en Egipto y responsable de excavación de la misión que acaba de descubrir en Tebas el coloso de Amenofis III. Una estatua de 12 metros de altura que representa el mayor hallazgo efectuado por un español hasta el momento.
Por supuesto, Myriam, doctora en Egiptología y especialista en Arquelogía submarina, nunca lleva gafas de sol. Como mucho, además del sombrero, luce un pañuelo cuando está de campaña en el desierto, o el traje de buceo que tiene que desinfectar después de cada zambullida en el puerto de Alejandría. Desde que comenzó a ejercer su profesión en i995, la egiptóloga sevillana alterna las expediciones terrestres en el desierto y en el Valle del Nilo con las submarinas. “Lo hago así para mantenerme ocupada todo el año y lograr más variedad en el trabajo”, dice. “A partir de abril es imposible trabajar en el interior del país, el calor es insoportable. Por esa razón las excavaciones se efectúan en invierno”.
Aunque su labor no es muy conocida en España fuera de los círculos profesionales, su nombre ya es prestigioso en la egiptología mundial. Después de estudiar en Sevilla y doctorarse en la universidad alemana de Tubinga, pasó a trabajar sobre el terreno en Egipto hace siete años. Desde entonces no ha abandonado este fascinante país salvo para visitar a su familia en la capital andaluza aprovechando los descansos vacacionales. Su presencia no pasa inadvertida: alta y con una larga cabellera rubia, y casi siempre con una radiante sonrisa en el rostro, luce también un moreno envidiable, producto de las largas temporadas que pasa al aire libre.
Desde que en el siglo XVIII los europeos comenzaron a desenterrar los tesoros del Antiguo Egipto, dos coincidencias se han venido repitiendo en los grandes descubrimientos: siempre se producen casi por casualidad, y cuando menos se lo esperan los expertos. Así le ocurrió a ella cuando un día del pasado mes de enero se introdujo por un estrecho hueco practicado en uno de los yacimientos. Ese hueco resultó ser el espacio que separaba las piernas del coloso de Amenofis III, el faraón de la decimoctava dinastía, que gobernó el Valle del Nilo entre i39i y i353 a.C. Pero Myriam todavía no lo sabía, aunque se quedó deslumbrada con el primer hallazgo: una magnífica estatua femenina de casi tres metros de altura. La inscripción practicada en uno de los laterales la identifica como “la gran esposa real Tiy”. ”Ese momento fue impresionante”, recuerda. “Sabíamos que en el yacimiento, de 500 metros de largo, se encontraban los restos del templo funerario de Amenofis. Ya habíamos desenterrado varios fragmentos de la gran estatua del faraón, pero nadie esperaba encontrar una pieza en tan buenas condiciones. Era increíble su estado de conservación; está entera y es preciosa”.
Aunque la reproducción en piedra de la reina Tiy es una de las piezas más importantes extraída de los yacimientos de Kom El-Hettan, esta estatua no ha sido el único éxito cosechado por Myriam esta temporada. Ni el más importante. Unas semanas después, el equipo de la egiptóloga había localizado la cabeza del faraón. En un principio, la responsable de excavación no concedió mucha importancia al hallazgo. “La cabeza estaba boca abajo y lo primero que quedó expuesto fue la nuca, que no presentaba ningún detalle especial. Yo creí que era la cara del faraón, a la que el tiempo y la arena habían borrado las facciones, restándole gran parte de su valor”, confiesa. Los obreros egipcios terminaron de desenterrar la pieza hace dos semanas y consiguieron darle la vuelta. Fue entonces cuando saltó “la chispa”, en palabras de Myriam. En esta ocasión, “la chispa” fue la perfección con que la pieza de metro y medio de granito rojo de Asuán reproducía los rasgos faciales del soberano Amenofis III. “Por poco me da un ataque al corazón, no podía creer lo que estaba viendo”.
CHAMPÁN EN EL DESIERTO. El descubrimiento del coloso y de su reina ha colocado a esta mujer de 35 años en la cresta de la egiptología, al tiempo que le ha permitido descorchar algunas de las botellas de champán que siempre lleva consigo a las expediciones: “Los arqueólogos estamos convencidos de que sólo se encuentra algo cuando no lo esperas, pero siempre esperamos encontrar algo”.
Aunque por su destacada preparación –además del doctorado habla cinco idiomas (español, alemán, inglés, francés y árabe) y es una consumada especialista en exploraciones submarinas– podría emular las hazañas de Indiana Jones, el legendario héroe creado por la industria de Hollywood, ella se inclina por seguir los pasos del más discreto, y mucho peor pagado, Howard Carter. Como al descubridor de la tumba de Tutankamon, el interés por las antiguas civilizaciones que poblaron las riberas del Nilo ha marcado la vida de esta hija y nieta de orfebres. “Siempre me interesó el arte islámico, tal vez porque crecí rodeada por él en mi ciudad, y por ese motivo decidí estudiar Historia en la Universidad de Sevilla. Allí descubrí la egiptología, que me enganchó enseguida, y me propuse especializarme en esa materia”. Su gran ilusión era ampliar sus estudios en París, y por eso aprendió la lengua que hablaban los pioneros de la egiptología. Sin embargo, el destino y la beca que le concedieron en la prestigiosa universidad alemana de Tubinga la obligaron a cambiar el rumbo y el idioma de trabajo.
El camino no ha sido fácil. Para seguir su vocación y llegar hasta donde se encuentra hoy, ha tenido que superar constantes pruebas. Entre ellas vencer el disgusto que le ocasionó El Cairo en su primera visita. “Imagínate, nada más especializarme en Egiptología, en i995, llego a este país y no me gusta nada. El Cairo me pareció un horror, una ciudad maloliente, caótica, sucia y muy violenta”. Afortunadamente para ella y para su profesión, la impresión cambió rápidamente tras su primera excavación en el desierto, como también ha disminuido el miedo a quedarse sin trabajo que le acompañaba al principio, “porque los proyectos se acaban”. Ahora, aunque su reconocido prestigio le permite completar el calendario laboral con un año de antelación, busca la forma de sustituir su vida itinerante con una ocupación que le permita instalarse permanentemente en Egipto y seguir sacando tesoros del desierto y del mar.
En esa apasionante búsqueda, Myriam no duda en recurrir a la benevolencia de los dioses, a quienes reza para que mantengan su buena salud y la generosa disposición de la mecenas de la expedición arqueólogica en el templo de Amenofis III. “Esta misión está financiada por Monique Hennessy, una francesa de 86 años amante de la arqueología. Todos los miembros del equipo rezamos para que continúe con vida durante muchos años. Además de mantener la misión en activo, nuestra mecenas nos pone al día en la última moda parisina cada vez que nos visita, y durante su estancia entre nosotros mejora apreciablemente la calidad de la comida”.
En esa excavación trabajan 32 especialistas procedentes de distintos países europeos, bajo la supervisión de un inspector egipcio, y 170 obreros curtidos en los yacimientos de Luxor. “Desde noviembre a enero vivimos juntos en una casa próxima al yacimiento”, explica Myriam. “Allí hacemos todo en comunidad: comer, trabajar, tomar el té. Aunque no hemos tenido ningún problema serio, es normal que surjan malentendidos y disputas. Las campañas en el desierto imponen un ritmo de trabajo y de vida muy intenso, difícil de mantener durante tanto tiempo. Después de esos tres meses de excavaciones, te pasas al menos otros dos frente al ordenador, documentando el trabajo realizado”.
La residencia, una villa propiedad del Instituto Arqueológico Alemán, está situada a unos 10 kilómetros del templo de Amenofis. Los 10 minutos que el autobús tardaba en cubrir el trayecto de regreso a la casa suponían para la sevillana “un bienvenido preludio a la ducha para liberarse de la arena y el calor acumulado durante todo el día, y también la preparación para una cena correcta”. En estos días, Myriam disfruta del clima más benigno de la costa egipcia. Hasta finales de junio tiene previsto trabajar con el equipo del francés Jean Yves Empereur en la exploración submarina de las turbias aguas de Alejandría, donde Ptolomeo II levantó el legendario faro. Con este trabajo completa un currículo impresionante, que incluye las pirámides de Dashur, cerca de El Cairo, la antigua y monumental Tebas, Tiro –en el sur de Líbano– y la mítica ruta de las especias en el Mar Rojo, una poco conocida vía comercial abierta hace 4.000 años por los egipcios, antes de que la utilizaran griegos y romanos, y que llegaba hasta lejanos puertos de Arabia y de La India.
Si las plegarias de la egiptóloga a los dioses son atendidas, en la próxima temporada su equipo volverá a los yacimientos del templo de Amenofis III para trabajar en el coloso. Myriam tendrá así la oportunidad de reunirse con el más entrañable de sus hallazgos, un cachorro de raza indescifrable que encontró entre las ruinas y al que, haciendo oídos sordos a sus ladridos, procedió a medir y catalogar como una pieza más, antes de adoptarlo como mascota de la misión.
Los egipcios llamaban a los médicos Sun-Nu, que significaba "el hombre de los que sufren o están enfermos" y en sus diagnósticos mezclaban la ciencia y la magia, una divinidad fue Thoth - médico de los dioses – Serapis dios de la salud e Imhotep dios de la medicina.
Los sanadores egipcios clasificaron las enfermedades en :
a. Las atribuídas a espíritus malignos.
b. Las de causas manifiesta como los traumatismos.
c. Las de causas desconocidas, atribuidas a los dioses.
La magia y la religión estaban estrechamente unidas a la vida de los egipcios, el decir conjuros estaba íntimamente unidos al remedio para que surtiera efecto.
Los egipcios se dedicaron a estudiar el porqué estaban enfermos y porqué se morían y pretendieron curar las enfermedades e intentaron sanarlos ya sea en el Sanatorium, adyacente al templo, usando la magia y algunos medicamentos vegetales, tomaron nota de las plantas que causan enfermedades, matan o curan.
Los conocimientos de la medicina egipcia, nos han llegado a través de los papiros médicos, que llevan los nombres de sus descubridores, del lugar donde fueron hallados o de los museos donde se encuentran. El gran historiador Herodoto nos dice "La medicina esta dividida en Egipto, cada médico cuida una sola enfermedad, todo está lleno de médicos, unos son médicos de la cabeza, otros de los dientes, otros del abdomen, otros de enfermedades inciertas" (medicina interna) y añade :
"tierra fecunda que produce gran abundancia de drogas, unas son remedios, y otras venenos, país de médicos los más sabios del mundo" Herodoto se refiere a Hesy – Ra (3000 años a.C.) gran Oftalmólogo.
Se dice que la medicina Egipcia es una de las más antiguas, ya que en el papiro de Kahun del año 1900 a.C. revela conocimientos médicos de larga evolución de hasta 3000 a.C., así mismo Homero conoció Egipto – 1500 años antes de Hipócrates – como "País de los médicos", así lo relata en la Odisea IV, 227 – 232, el poema dice: "Ved, tan curativa era la especie artificialmente preparada que Polydammo, la esposa de Thoth, regaló a Elena, en Aigyptus, allí la fértil tierra produce varios jugos, en mezcla saludable y perjudicial, allí cada cual es médico y supera en experiencia a todos los hombres, pues la verdad son la estirpe de Paicon".
Aparte de los papiros Médicos, también hay valiosas fuentes de información sobremedicina en el estudio de las momias y restos humanos en los que por estudios de Paleodiagnóstico, se conoce de las enfermedades que padecieron y permiten deducir las causas de la muerte de estas momias, se han estudiado las secuelas de fracturas, así como los dibujos de herramientas, instrumentos encontrados en los antiguos sepulcros y templos.
Desde los primeros tiempos egipcios, desde el médico Imhotep, que vivió en el 2700 a.C. genio polifacético, visir del faraón Zoser (2700 a.C.), arquitecto, constructor de la pirámide de Sakkara y del templo de Edfu, poeta, escriba, deificado después de su muerte y finalmente Dios de la salud en Egipto y en el mundo conocido de ese entonces (Grecia y Mesopotamia) al igual que Isis diosa de la Salud, Seth, hermano de Isis, llamado el maligno, causante de las enfermedades, Thoth, dios, fuente de todo conocimiento y médico de dioses, pero la medicina estaba separada de la religión.
Los médicos egipcios estaban organizados, eran famosos y respetados tantos en su país como en Grecia y Mesopotamia y existía en su organización sanitaria el título de Jefe de los Médicos.
Los médicos egipcios determinaron y aprendieron las especialidades, así tenemos Suno médico general, Suno – Ir oculista, Custode del ano – cuidador del ano del faraón, médico para enfermedades ocultas o de origen desconocido, dentista el Sehedy – Suno inspector médico, Suno – Generet médico del trabajo, Sa – Hermen, el que hace cauterizaciones, la asistencia sanitaria era gratuita, el estado pagaba a los médicos, que tenían que utilizar y cumplir con un protocolo, anotando el aspecto del paciente, estado de conciencia, poder auditivo, olor del cuerpo, calofríos, aspectos de las secreciones, orina, flema, especificando su aspecto, los edemas, la temperatura y alteraciones del pulso, es decir prácticamente una historia clínica del paciente.
Habían tres categorías de médicos :
a)Los que practicaban una terapéutica medicamentosa
b)Los cirujanos llamados también "Sacerdotes de Sachemet" – diosa con cabeza de león, madre de Imhotep - y
c)Los magos o conjuradores de enfermedades.
La profesión médica en Egipto era muy respetada, estimada y honrosa, hubo varios reyes médicos, como Athothia de la Primera Dinastía (hijo de Mena, que compuso obras anatómicas) y el rey Zozer, apodado "El Curador" con su visir Imhotep.
Los embalsamamientos – practica y parte de una ceremonia religiosa para la vida en el más allá, aparentemente no esta relacionada con la medicina, pero demostraron conocimiento de anatomía, ya que manejaban las víceras, el contenido del cráneo y el corazón que era el centro del sistema de la vida, el curtido de la piel, los vendajes y la forma de conservar las momias, si indican la preparación que tenían los sacerdotes embalsamadores.
La interpretación de los papiros es la principal y más importante fuente de conocimientos por su diversidad y abundantes contenidos, son el reflejo del estado de la medicina egipcia. Son casi doce.Llos papiros encontrados y descifrados, en unos se describe recetas y fórmulas mágicas de contenido médico, otros reseñan casi solo Ginecología, Obstetricia, otros describen los conocimientos angiológicos llamado: "El Libro del Corazón", otro sobre enfermedades de los ojos, pero los papiros más importantes son los estudiados por George Ebers y Edwin Smith, que revelan importantes y útiles datos para documentar la medicina en el antiguo Egipto.
Papiro Ebers
En el papiro de Ebers – 1550 años a.C:, es considerado como un tratado de Medicina, Ginecología e Higiene, en donde hay gran cantidad de esquemas de anatomía y fisiología del corazón y de los vasos, demuestran el conocimiento de los movimientos del corazón centro de la vida, describen los 48 vasos que van a todo el organismo, estudia el Tracoma y hace referencia a casi siete mil sustancias medicinales, ochocientas fórmulas con datos cuantitativos de los compuestos, ya que los egipcios fueron grandes alquimistas; el papiro de Ebers, constituye una recopilación de las más diversas disciplinas médicas, medicina interna , oftalmología, dermatología, ortopedia, afecciones de la cabeza (lengua, dientes, nariz, oídos), hay datos anatómicos, patológicos y fisiológicos con explicaciones de cada enfermedades y su terapia, descripciones de enfermedades quirúrgicas como el carbunco, ganglios tuberculosos, fistulas, hemorroides, tumores, hernias, hidroceles y varices.
Papiro Edwin Smith
El papiro de Edwin Smith, de contenido quirúrgico, con una extraordinaria precisión en sus descripciones y detalles de las afecciones quirúrgicas: heridas, fracturas óseas, luxaciones, quemaduras, abscesos, tumores que se pueden producir de la cabeza a los pies, descripción de mucho instrumental quirúrgico,este papiro es considerado como un tratado de Cirugía de Urgencia.
En los textos de los papiros está la patología y la terapéutica y se han logrado identificar numerosas enfermedades, numerosas fórmulas magistrales mágico médico – religiosas, como en el papiro de Hearst, en el de Londres o en el de Berlín 1300 años a.C. "Libro del Corazón" y el papiro de Carisberg, que refiere enfermedades de los ojos. En el Papiro "Secretos de los Médicos", se habla de doce vasos cardiacos, según el papiro de Brugsh la cabeza tiene 32 venas y el pulmón doce lóbulos; los egipcios conocían y diagnosticaban las enfermedades intestinales: disentería, parasitosis intestinales, afecciones del recto, hemorroides, etc. las enfermedades para los egipcios eran sólo síntomas o agrupaciones de síntomas, lo que sugiere ya un elevado grado de razonamiento diagnóstico pues ya usaban la inspección y la palpación. El más antiguo papiro, el de Kahun, que describe el tratamiento de las enfermedades de la vagina y del útero, métodos para el diagnóstico del embarazo y la determinación pre – natal del sexo.
La farmacia se desarrolló notablemente, en los papiros de Grapow y Deines, se relatan hasta setecientos medicamentos en la preparación de remedios y perfumes; existían los alquimistas, que buscaban la "Piedra filosofal" la sustancia mágica para curar las enfermedades, rejuvenecer a las personas, aumentar la potencia sexual y la inmortalidad, buscaban lograr oro de los metales.
Los egipcios fueron destacados farmacologos, ya en el papiro de Ebers, se encuentran hasta mil recetas y entre los remedios más usados se menciona a la cebolla, ajos, miel, cerveza, higos, semillas de lino, hinojo, mirra, aloes, azafrán, opio, lechuga, usaban el café y el cacao como estimulantes y ciertos preparados de plomo, cobre, antimonio. El uso de purgantes era muy frecuente.
La oftalmología se desarrolló extraordinariamente, ya que las enfermedades de los ojos eran muy frecuentes, la "Oftalmía del desierto" conocida hoy como Tracoma endémico.
En el antiguo Egipto, las leyes sanitarias eran estrictas, la higiene era escrupulosamente cumplida, habían ordenanzas médicas de vigilar las aguas, no solamente para la limpieza de los vivos sino también para la higiene mortuoria. Sorprende encontrar en los papiros una especialización tan depurada que indica un alto grado de evolución de la Medicina Egipcia.