domingo, 22 de febrero de 2009

PIRAMIDES DE EGIPTO

1. Introducción
2. Arte en las Pirámides de Egipto
3. Tipos de Pirámides
4. Método de construcción
5. Método Propuesto.
6. Cosas tras las Pirámides de Egipto.
7. Posibles Causas
8. Mapas de las Pirámides de Egipto
9. Conclusiones



1. Introducción

Las pirámides de Egipto construidas hace mas de 4 000 años, son la maravilla más antigua y la única que se conserva. Sirvieron como tumba a los faraones egipcios, cuyos cuerpos momificados se rodeaban de tesoros y objetos personales. Erguidas sobre la arena del desierto, las pirámides de Egipto, esbeltas majestuosas, son algo más que un templo y una tumba. Ante ellas, y especialmente a la Gran Pirámide, se tiene la impresión de hallarse en presencia de un monumento que guarda en sus entrañas secretos trascendentales muy estrechamente relacionados con su estructura.

Como en Babilonia y en América, en Egipto las pirámides eran templos erigidos a la gloria de un dios, templos para complejos rituales de muerte y de nacimiento, y al tiempo monumentos al conocimiento de un pueblo mucho menos ignorantes de lo que los historiadores creían. Hasta los arqueólogos más irracionalmente racionalistas se han rendido a la evidencia : en sus medidas esta reflejado el conocimiento matemático y astronómico de una ciencia incomprensible hace seis o siete mil años atrás.

Estamos, pues, frente a algo más que una tumba. En esa montaña formada por dos millones seiscientos mil bloques de piedra, acarreados y ensamblados quien sabe como, con un volumen total de más de dos millones y medio de metros cúbicos y un peso superior a los siete millones de toneladas, la Gran Pirámide es un templo religioso y científico y tal vez, sea también una tumba

2. Arte en las Pirámides de Egipto

Cuando Napoleón, viajó a Egipto, llegó a Gizeh, a las tres grandes pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos, que adornan la llanura, impresionó mucho al viajero, que era admirador de todas las manifestaciones de poder de los antiguos reyes.

Napoleón entregó a una serie de cálculos matemáticos sobre la cantidad de piedra empleada en aquellos edificios. Según él la piedra usada bastaría para cercar a Francia con un muro de tres metros de altura y unos 40 centímetros de grosor. El matemático Monje, que acompañaba a Napoleón, confirmó estos cálculos. Hoy se piensa que sólo la gran pirámide de Keops está formada por unos 2.300.000 bloques de piedra, que pesarán una media de dos toneladas y media cada uno. Claro que ésta es la mayor de las pirámides con 146,59 metros de altura, y en cierto modo marca el máximo desarrollo en la construcción de este tipo de tumbas, tanto por su tamaño como por la envergadura de los medios empleados en su erección.

Razón de sus construcciones

La pirámide fue pensada para tumba inviolable del soberano, destinada a la eterna preservación de su cuerpo, incorrupto por embalsamamiento, y de su ajuar funerario. Sólo de este modo se posibilitaba la residencia del alma en el cuerpo y su supervivencia en el mundo del más allá. Para proteger el cuerpo y el ajuar de eventuales saqueadores se multiplicaban las dificultades de acceso a la cámara, interponiendo toneladas de piedra, disponiendo puertas falsas, corredores ciegos, cámaras dobles, etc. Todo ello fue inútil: los saqueadores siempre consiguieron su objetivo y ya en la antigüedad las pirámides fueron violadas y robadas y pasaron a ser lo que son hoy, el símbolo de Egipto de su arte teocrático y de su sistema político. A pesar de los grandes progresos que ha experimentado la egiptología, particularmente en lo que va de siglo, es todavía mucho lo que se ignora acerca de cómo era construida una pirámide.

Para asegurar la vida en el más allá, el cuerpo del difunto debía ser conservado y habían de ser satisfechas las necesidades materiales que tuvo cuando vivía. Esta idea fue dominante y condicionó de modo decisivo la vida en todos los períodos del antiguo Egipto. Ya en la época predinástica se hacía lo posible por preservar adecuadamente el cadáver. Entonces se enterraba en hoyos rectangulares excavados en la arena, en los que a veces se disponían unas paredes de madera o de barro prensado. Junto al cadáver se disponían utensilios, armas y alimentos. Cerrada la tumba, ésta se cubría con un túmulo de arena y relleno.

Con el tiempo solía ocurrir que la arena era desplazada por el viento, desaparecía el túmulo y finalmente el cadáver quedaba expuesto a los elementos y se perdía. Para evitar este peligro, ya en la era dinástica las personas de elevada posición y los reyes se hacían construir encima del túmulo de arena, una estructura de adobe y ladrillo. La "mastaba", que debía imitar en su aspecto a las viviendas que el difunto habitó cuando vivía. Los reyes de la III Dinastía empezaron a usar la piedra para sus monumentos funerarios, pero su empleo no se generalizó en las tumbas de nobles y dignatarios hasta la IV Dinastía.



3. Tipos de Pirámides

La pirámide escalonada

La primera tumba de piedra jamás construida se atribuye a Imhotep, el arquitecto de Zóser. El nombre de este arquitecto se encontró al pie de una estatua del faraón, cerca de la tumba. Los logros de Imhotep eran legendarios ya en la antigüedad.

No se construyó aisladamente, sino formando parte de un conjunto de edificios y patios de piedra relacionados con diversas ceremonias funerarias dedicadas al faraón. El núcleo del monumento consiste en una estructura sólida a modo de caja alargada cuyo interior está formado por bloques de piedra traída de las proximidades y el exterior de caliza fina procedente de las canteras de Tura, más lejanas. En la parte norte se había empezado a construir un templo funerario, pero antes de que se concluyera se decidió extender la pirámide por sus fachadas norte y oeste. Finalmente una última ampliación de la pirámide afectó a sus cuatro lados. Se completaron los seis peldaños y el conjunto se revistió con piedra caliza de Tura. La parte subterránea de este conjunto consistía en un pozo profundo que daba acceso a un complicado laberinto de corredores y cámaras de diversos tamaños.

Las pirámides clásicas

Está claro que la pirámide tal como hoy la entendemos, monumento de base cuadrada y lados en rampa hacia la cumbre, deriva de la pirámide escalonada. Afortunadamente se puede conocer esa transición gracias al estudio de los restos de una pirámide parcialmente destruida en Meidum. Esta pirámide estaba formada por un núcleo compuesto de varias capas de mampostería que disminuían en altura desde el centro hacia los lados y se apoyaban sobre un cuerpo central formando un ángulo de 75 grados.

Parece ser que este mismo método fue empleado por los constructores de las pirámides de la V dinastía. No es absolutamente seguro, sin embargo, que las tres pirámides de Gizeh se construyeran siguiendo este sistema. Como norma general, la tumba real debía estar situada al oeste del Nilo, lugar de la puesta del sol, y por encima del nivel del río, para evitar que las inundaciones periódicas afectaran al monumento.




Por otra parte no podía construirse muy lejos del río, ya que las piedras se transportaban desde las canteras por vía fluvial. Lo ideal era que además no se encontrara demasiado retirada de algún núcleo urbano. Una vez elegido el lugar, había que preparar el terreno limpiándolo de toda la arena superficial hasta dar con la roca viva, donde debían afirmarse los cimientos. Esta roca se nivelaba por medio de un complejo procedimiento. A veces, sin embargo, se dejaba una prominencia en el centro y se aprovechaba en la construcción de la futura pirámide.

Por último se aseguraban de que los cuatro lados del monumento estuviesen orientados hacia las cuatro puntos cardinales. La orientación de la pirámide debió hacerse con ayuda de varios cuerpos celestes, puesto que los egipcios desconocían la brújula. El faraón marcaba la línea de los cuatro lados una vez observada la posición de las estrellas. En esta observación le ayudaba un sacerdote en representación del dios Thoth.

La pirámide en construcción.

La piedra para el revestimiento exterior de la pirámide se obtiene de las canteras de Tura en la orilla este del Nilo, cerca de las colinas de Mugattan. Las herramientas usadas para este trabajo consistían en excelentes útiles de cobre, entre ellos sierras capaces de cortar cualquier tipo de piedra caliza. Más problemático es pensar como podrían extraer piedras duras como el granito. Algunos opinan que la utilización de granitos fue tardía y que, al principio, los egipcios se contentaron con aprovechar los bloques sueltos de superficie. El número de trabajadores necesarios para construir una pirámide debió ser necesariamente enorme.

Herodoto afirma que en la pirámide de Keops trabajaron sin descanso cien mil hombres en turnos de tres meses durante veinte años. Cuando los bloques salían de la cantera había que transportarlos al lugar de la construcción. A pesar de que algunos alcanzaban las doscientas toneladas, el transporte fluvial no presentaría demasiados problemas. Aprovecharían la época de las inundaciones para, en pesadas balsas, arrastrar estos materiales hasta la orilla más próxima al monumento en construcción. Después se transportarían por tierra a base de trineos sobre los que el bloque se afirmaría con ayuda de cuerdas. Los trineos se deslizarían sobre pistas preparadas al efecto en las que iban colocándose rodillos. La construcción del exterior de la pirámide es algo que aún pertenece al dominio de lo especulativo.

Una explicación plausible sería la de la construcción de sólo una rampa de abastecimiento que cubriría un lado de la pirámide. Los otros tres estarían tapados por terraplenes de pendiente más pronunciada. A medida que la pirámide ganaba altura, la rampa crecía igualmente y se alargaba para corresponder al estrechamiento de la pirámide de modo que se evitase todo riesgo de desmoronamiento. Los tres lados de la pirámide que no tenían rampa estaban provistos de terraplenes con la anchura suficiente en la cumbre como para permitir el paso de hombres y materiales. Pero como estos terraplenes no se usaban para elevar piedras, que era la función de la rampa, su gradiente en la superficie externa tendría la máxima inclinación compatible con la firmeza.

Vigas de madera, algunas de las cuales han sido encontradas por los arqueólogos, se colocaban sobre la superficie de la rampa y de los terraplenes para ofrecer una base firme a los trineos de transporte. La pirámide iría creciendo laboriosamente y estrechándose progresivamente hasta que ya sólo hiciese falta un único bloque, con forma precisamente de pirámide para completarla en su cúspide, esta última piedra se tallaba en granito.

Cámaras y pasadizos

Queda por tratar el problema de cómo se incorporarían a la obra los corredores y habitaciones que se encuentran en el interior de las pirámides. Parece ser que, como éstos ocupan una parte mínima del edificio, se construirían con independencia de éstos. Posiblemente, rampas subsidiarias se elevarían y desmantelarían rápidamente según las necesidades, de modo que los bloques prefabricados correspondientes a pasadizos y cámaras pudiesen elevarse al nivel requerido, más alto que el resto de la construcción de relleno. De ese modo, los obreros empeñados en esta obra habrían tenido tiempo de acabarla antes de que los estratos de mampostería de la pirámide alcanzasen su nivel. Terminada la pirámide vendría el trabajo de labrar las caras exteriores que habían quedado ocultas por rampa y terraplenes. Todavía quedarían algunos trabajos menores que realizar en los alrededores de la pirámide donde se disponían un templo mortuorio, el corredor de la avenida y otras obras adyacentes.



4. Método de construcción

Construcción en Gizeh.

Las pirámides, monumento de la fuerza y la inteligencia humana, han motivado en todo tiempo la admiración y curiosidad de los hombres. Erigida en la meseta de Gizeh, durante el antiguo imperio egipcio, la pirámide del faraón Keops o Gran Pirámide como se la denomina representa la obra maestra de los constructores.

Es sumamente vasta la problemática que comprende los métodos constructivos utilizados para la realización de esta obra, y la explicación de los motivos que determinan su distribución interior tan característica.

Me referiré en este artículo a dos temas que han concitado la atención de los arqueólogos, desde Bourchardt hasta nuestros días, a saber :

a) Método utilizado para la elevación de bloques.

b) Finalidad con que fue construida la Gran Galería.

Tradicionalmente, ambas temáticas han sido analizadas en forma separada, llegándose al agotamiento de los elementos de juicio existentes en ambas áreas. Realizaré una breve descripción a título informativo de las opiniones científicas existentes para luego formular un enfoque diferente de la temática cuya originalidad radica en considerar que ambos temas están relacionados.

Finalidad de la Gran Galería

* Flinders Petrie, fue el primer arqueólogo en emitir la opinión de que la Gran Galería estaba destinada a almacenar los tres bloques de granito, que en una longitud de 4,5 metros, obstruye el corredor luego del funeral del faraón






* Bourchardt comparte esta idea, sin embargo, remarca que ella no permite explicar las ranuras talladas en la parte inferior de la tercera hilada de piedras de las paredes laterales de la galería, y los bloques engastados existentes en estas paredes sobre cada uno de los veintiocho agujeros excavados en las banquetas a intervalos regulares.

Considera además, que los bloques colocados en el piso de la galería, habrían obstaculizado el cortejo fúnebre en su pasaje hacia la cámara funeraria, y sugiere que esos bloques fueron depositados sobre una plataforma de madera instaladas en las ranuras existentes en las paredes laterales, la cual era soportada por maderos encastrados en los agujeros existentes en las banquetas. Complementa su propuesta con la teoría de los estados sucesivos de la edificación, que consiste en suponer que existieron tres cambios de planes durante la construcción , lo cual explicaría la existencia de tres cámaras en el edificio.




* Según Lauer, durante el segundo plan, la cámara intermedia era la destinada a cumplir la función de cámara funeraria y la galería estaba construida como un corredor sin salida, en el cual se almacenaban los bloques de granito que obstruían todo el corredor ascendente.

Finalmente los constructores habrían desechado esta idea, construyendo la cámara superior y la antecámara con su sistema de bloqueado.

Este sistema de bloqueado, le ofrecía suficiente seguridad a la cámara superior como para que los constructores entendieran innecesario el bloqueado de todo el corredor ascendente, reduciéndolo a tres bloques. El resto de los bloques de granito fueron utilizados en la construcción de la cámara superior, y para trasladarlos de la galería a esta cámara, construyeron un andamiaje semejante al formulado por Bourchardt, que permite explicar los distintos detalles existentes en la galería.

Técnicas de elevación de bloques

Los bloques que componen la pirámide del faraón Keops, tienen un peso promedio de 2500 kg. a excepción de las enormes losas que conforman el techo de la cámara de granito y sus cámaras de descarga, las cuales están ubicadas próximas al centro del edificio hasta una altitud estimada en 68 metros.

Solo un medio estaba al alcance de los antiguos egipcios para elevar estas grandes losas, la rampa construida en ladrillo y tierra. Vestigios de rampas encontradas en exploraciones arqueológicas, hacen que la teoría de las rampas rectas formulada por Bourchardt y perfeccionada por Lauer fueran aceptadas unánimemente en su momento. Sin embargo la utilización de rampas rectas, se torna sumamente trabajosa, cuando se consideran alturas como las alcanzadas en esta pirámide, al ser necesario acumular un volumen de material en la rampa, que solo puede ser comparado con el de la propia pirámide.

La rampa en forma de espiral, permite subsanar esta deficiencia y ha tenido buena aceptación en los medios científicos, si bien no se han encontrado evidencias arqueológicas que confirmen su utilización.

Uno de los arqueólogos que más aportes ha realizado al esclarecimiento de este tema , J. F. Lauer, sugirió una variante a su modelo de rampa recta. El considera la superposición de rampas con pendientes progresivamente más acentuadas, que tienen en cuenta la disminución de altura media de las hiladas de piedra a medida que nos acercamos a la cúspide y el hecho de que las enormes losas no se encuentran más en ésta pirámide por encima de los 68 metros de altitud, esas superposiciones de rampas permiten, además, limitar su longitud desde el pie e la pirámide a 300 metros. Este sistema ofrece la enorme ventaja de presentar un gran ancho de vía de la rampa en los niveles inferiores de la pirámide que ofrecen muy vastas superficies para construir.


5. Método Propuesto.

Uno de los objetivos claramente perseguidos por los constructores de pirámides, es la búsqueda de mayor altitud en sus edificaciones. En la pirámide de Keops, se alcanzó la altura máxima lograda de aproximadamente 147 metros, superando ampliamente a las pirámides del Grupo Dahchurt que las precedieron (Pirámide del Sur y del Norte, con 103 y 92 metros de altura ).

Para obtener este importante incremento de la altura, los constructores debieron resolver deficiencias estructurales, evidenciadas en Meidun y la Pirámide del Sur y dificultades crecientes para elevar los bloques a alturas significativamente mayores.

Probablemente la evolución constructiva experimentada, fuera acompañada por modificaciones en las técnicas utilizadas para elevar los bloques, superando así las dificultades que los métodos empleados en las construcciones anteriores les presentaban.

Coincidiendo con ese incremento de la altitud obtenida, la pirámide de Keops, presenta en su distribución interior, una construcción que no tiene precedentes, "la Gran Galería".

Consideremos que ambos fenómenos estén relacionados, es decir, el incremento sensible de la altitud se obtiene a partir de la aplicación de un método para elevar los bloques, que requiere la existencia de una rampa interior con las características de la Gran Galería.

Para instrumentar prácticamente esta idea, adoptaremos como hipótesis que la galería fue utilizada como rampa interior sobre la cual se deslizará un contrapeso.

Con el objeto de ilustrar la aplicación práctica del método que se propone, imaginemos que el edificio ha sido construido hasta una altura de 100 metros, la superficie superior del mismo es una plataforma cuadrada pronta a recibir la hilada siguiente de bloques. En el interior del edificio, la galería oficiando como rampa se encuentra dividida por una plataforma construida en madera y montada en las ranuras existentes a la altura de la tercera disminución de los muros laterales, debajo de la cual un contrapeso cargado con pequeñas piedras se desliza sobre guías de madera fijas a las banquetas.

Los agujeros existentes a intervalos regulares permiten la fijación de las guías a las banquetas, mediante tarugos de madera, y los bloques engastados en las paredes, actuando como topes, cumplen la función de detener el contrapeso en posiciones intermedias.

Un conducto vertical, conecta la pared sur de la galería con la superficie superior del edificio, a través del cual es trasmitido mediante cuerdas y apoyos fijos lubricados, el esfuerzo generado durante el deslizamiento del contrapeso, el cual será utilizado para elevar los bloques en el exterior.

Elevado el bloque, el contrapeso se encuentra en el final de su recorrido donde es descargado.

Un equipo de hombres, desde la plataforma construida en la galería, realiza por medio de cuerdas el esfuerzo de subir el contrapeso descargado, a su posición inicial, en la parte alta de la galería.

Una vez cargado nuevamente el contrapeso, se está en condiciones de elevar un nuevo bloque.

Como puede apreciarse, los distintos detalles y características que presenta la galería, de dificultosa interpretación , aparecen explicados con la función que le hemos adjudicado.

Esta nueva forma de visualizar la problemática, tiene como principal virtud, su demostración. En efecto, en la descripción del método propuesto para elevar los bloques, asumí la existencia de un conducto vertical que conectando la pared sur de la galería con la plataforma en construcción, permitía trasmitir al exterior el esfuerzo generado durante el deslizamiento del contrapeso. Imaginemos ahora que la construcción del edificio ha sido finalizada incluida la colocación del revestimiento, se presenta entonces la tarea de obstruir el conducto vertical. Si adoptamos como hipótesis que dicho conducto existió y fue obstruido con pequeños bloques, necesariamente deben existir evidencias de la obstrucción en la traba superior del edificio.



Puede observarse la presencia de tres bloques pequeños y alineados a la cara este del edificio, ubicados próximos al centro de la plataforma (ver flecha). Dos aspectos merecen ser resaltados, que hacen factible la existencia de la obstrucción a la que hicimos referencia anteriormente, la diferencia de tamaño de éstos bloques respectos al resto que componen la plataforma, y el hecho de que los bloques que aun subsisten de la hilada anterior se encuentran en el borde de esos pequeños bloques y no formando la traba como correspondería.

Este detalle a ser investigado, permite que las variantes que hemos formulado en la problemática tratada, sea demostrado en uno u otro sentido.

Herodoto, que representa la tradición corriente de Egipto en su época, declara en lo referente a la construcción del monumento de Keops:

"Esta pirámide fue construida de la siguiente manera: se colocaron al principio una serie de gradas que algunos llaman crossai y otros bomides.

Después de haberle dado para empezar, esta primer forma, se procedió a subir las piedras restantes, por medio de máquinas construidas de trozos cortos de madera; desde el suelo las subían a la primera plataforma; cuando la piedra había llegado allí, era colocada en otra máquina instalada sobre esta primera plataforma; y pasaba a otra grúa , pues había tantas máquinas como plataformas. O quizás solo había una máquina, fácil de transportar, que trasladaban de un piso a otro, después de haber retirado la piedra, indicamos los dos procedimientos, según las dos versiones que hemos oído.

Lo primero que hicieron fue llegar al vértice de la pirámide, después pasaron a las partes que quedaban inmediatamente debajo, y por fin, dieron el último toque a los pisos próximos al suelo y al pie mismo del edificio."

Hasta el presente no se han aportado pruebas en apoyo a las declaraciones de Herodoto en su conjunto.

La pirámide de Kefren es posterior a la pirámide de Keops y presenta una altura ligeramente inferior, resulta lógico pensar que fue construida en forma análoga, de lo cual se deduce que dicha pirámide debería presentar una distribución similar a la estudiada, como ha sido sugerido por distintos arqueólogos.









En lo referente a los bloques tapón, se admite como válido que se encontraban depositados en la Gran Galería desde la cual fueron deslizados para colocarlos como un tapón en el corredor ascendente.

Aún aceptando que fuera posible deslizar estos bloques en un corredor de 39 metros de largo con la misma sección, el deslizamiento de estos bloques , que presentan una superficie irregular sobre una piedra mas blanda como la que se utilizó para construir este corredor, debería haber dejado evidencias notorias de su paso por el mismo.

Si suponemos que el corredor ascendente tenía antes del bloqueado una sección mayor que la actual, todo parece tener mas sentido, y podemos concluir en que primero se colocaron los bloques de granito y luego se redujo la sección del corredor. Si el corredor ascendente presentaba antes del bloqueado un ancho como el de la Gran Galería, lo cual es probable, si tenemos en cuenta que es una prolongación de la misma, podrían haberse depositado los bloques en el corredor y dejar libre para el paso, el mismo ancho que tiene el corredor actualmente.

Una inspección del corredor ascendente y de la pared norte de la galería permitiría determinar si esto fue efectivamente así.

Resumiendo, la utilización de un contrapeso interior durante la construcción del edificio, habría facilitado la elevación de los bloques, permitiendo alcanzar las alturas obtenidas.

Su empleo es complementario al uso de las rampas y explica sin mayores conjeturas la función que cumplió la Gran Galería y sus particularidades.







6. Cosas tras las Pirámides de Egipto.

Una sorpresa en el desierto.

Su contemplación sobrecoge el animo. Erguidas sobre la arena del desierto, las pirámides de Egipto, esbeltas majestuosas, son algo más que un templo y una tumba. Ante ellas, y especialmente a la Gran Pirámide, se tiene la impresión de hallarse en presencia de un monumento que guarda en sus entrañas secretos trascendentales muy estrechamente relacionados con su estructura. Esas figuras geométricas perfectas poseen un poder que podemos definir como mágico, pero que en realidad debe ser tan natural como las fuerzas cósmicas que intervinieren en sus efectos. Los constructores de las pirámides lo sabían, y nosotros debemos intentar saberlo también.

Un paseo por el luminoso horizonte de Jufu

Lo malo de la erosión y los saqueos sufridos a lo largo de los milenios por la Gran Pirámide hacen imposible determinar las medidas exactas, y ni con el más exquisito de los cuidados puede garantizarse un error mínimo de diez centímetros, sobre todo en lo que se refiere a la longitud de los lados de la base y a la altura del monumento, medidas éstas en las que están descansando casi la totalidad de los cálculos piramidológicos.

Misterios Egipcios

En la década del veinte, la arqueología festejó un éxito:

Su gran aporte a las investigaciones egiptológicas producido luego de descubrir en el Valle de los Reyes, la tumba intacta de un ignoto faraón muerto y momificado hacía unos tres mil años. Pero poco duró la algarabía. El hallazgo también sumo otros datos que hicieron virar a los científicos hacía el mundo de lo oculto: quien ingresaba a la cámara sepulcral o estaba de algún modo relacionado con las momias, moría misteriosamente. En los seis años posteriores al descubrimiento, 35 era el número de muertos y hoy, aun con las más sólidas teorías científicas, parece que la maldición de las momias ha ganado la batalla.

Cuando el arqueólogo ingles Howard Carter abrió la cámara sepulcral de Tutankamon a las 5 de la tarde del viernes 17 de febrero de 1923, entre los tributos de oro y las vajillas repletas de semillas que rodeaban el sarcófago, la comitiva de científicos descubrió una poco reluciente estela de barro con una sentencia en caracteres jeroglíficos: "La muerte golpeara a quien perturbe al sueño del faraón".

La maldición del Rey-Dios

Con buen criterio se presume que la mayoría de las tumbas de los reyes dinásticos del antiguo Egipto contenían advertencias de esta naturaleza. Asimismo, se sabe que casi todos los sepulcros se convirtieron en cámaras vacías de momias, estelas, vajillas de semillas y naturalmente, objetos preciosos. Por esa razón fundamental no se sabrá nunca que terribles consecuencias padecieron los que desoyeron las advertencias de los sumos sacerdotes.

Todo lo que el siglo XX podía conocer en su primera década se basaba en leyendas, en narraciones de boca en boca que contaban los padecimientos de tal o cual saqueador de tumbas, o en maldiciones que acompañaban a un objeto determinado hallado en una cámara funeraria, al lado de una momia. Efectivamente, las cosas se desarrollaron de esa manera ambigua, hasta esa tarde de viernes en que Carter y su séquito de arqueólogos y funcionarios penetraron en la tumba donde Tutankamon había descansado lejos del mundo de los vivos durante 3.259 años.

Unos meses antes cuando Carter descubrió el pasillo en cuyo extremo se encontraba el recinto del faraón, los habitantes del desierto se alarmaron. Por esos días una cobra (animal protector de los sacerdotes egipcios) se había comido al canario de Carter y lo que para el no paso de ser una tristeza, para los herederos de las antiguas civilizaciones del Nilo, era un anuncio de futuras catástrofes.

Unas semanas después del ingreso a la cámara mortuoria, cuando el mundo de la arqueología celebraba el triunfo de uno de los suyos, el ambiente del ocultismo se disponía a comenzar una década tan brillante como el oro de la mascarilla del legendario Rey-dios. Lord Carnarvon, dandy ingles, amante de la buena vida y las aventuras, socio capitalista de Carter en sus andanzas egipcias, muere en un hospital de El Cairo. Uno de los primeros en ingresar a la tumba de Tutankamon, fue picado por un mosquito en la cara; se le formo una herida infecciosa; entro en la suerte de coma febril y a los trece días murió para horrorizar a los egipcios que auguraban las maldiciones del faraón. Antes de expirar Caranvon le informo a su hermana que Tutankamon lo había llamado y que iba a reunirse con él. En ese mismo momento, en Inglaterra, el perro del filántropo moría fulminado por un infarto.

Nace la leyenda

La muerte de Lord Carnarvon desato en el mundo entero una comprensible fiebre por lo oculto: espiritistas de todas las latitudes informaron sobre "comunicaciones " de sacerdotes del antiguo Egipto portadores de mensajes terribles; la maldición del faraón se convirtió en tema central durante muchos años, e incluso la literatura y el cine se apropiaron del asunto para darle un carácter aun mas sensacionalista. Sin embargo, no faltaron motivos para que la leyenda se incrementara.

El arqueólogo Arthur Mace, del grupo de Carter, muere inexplicablemente luego de un coma profundo en el mismo hotel en el que Carnarvon (según su ultimo anuncio) fue al encuentro de Tutankamon. Joel Woolf, amigo del filántropo ingles y poseedor de las primeras fotos tomadas en la cámara mortuoria, muere por causas no definidas, lo mismo que Richard Bethell, secretario de Carter.

En la larga y aterradora lista de muertos por la presunta maldición de la momia, hay que destacar a la hermana de Lord Carnarvon, Aubrey Herbert, que se suicido en Londres; la esposa del filántropo, Almina, que murió repentinamente luego de visitar la tumba; el doctor Archibald Reid, quien había sido encargado de sacar las radiografías de la momia y falleció fulminado cuando nadie lo esperaba; Lee Stack y George Gould, muertos ambos luego de visitar la cámara mortuoria; y varios directores de museos, médicos, arqueólogos y gente ligada a los primeros hombres que ingresaron a la tumba del Valle de los Reyes. Para ser exactos, a seis años del descubrimiento ya sumaban 35 las personas muertas en forma misteriosa que tenían en común una sola cosa: la momia de Tutankamon.

Sin embargo, como ya fue señalado, este faraón fallecido adolescente, que no hubiera merecido una línea en los tratados de historia de no ser porque tuvo la suerte de que su tumba se encontrara intacta, no fue el único en hacer sentir sus maldiciones.

En 1879 había sido descubierta la momia del sacerdote Khapah Amon con la siguiente amenaza: "La cobra que esta sobre mi cabeza se vengara con llamas de fuego de quien perturbe mi cuerpo. El intruso será atacado por bestias salvajes, su cuerpo no tendrá tumba y sus huesos serán lavados por la lluvia". Al poco tiempo un ingles (Lord Harring) fue aplastado por un elefante, su cuerpo abandonado y su carne y sus huesos dispersados por intensas lluvias. Se trataba del coleccionista que había comprado la momia de Khapah Amon.

Algo similar paso con la leyenda del Titanic, uno de los capítulos mas negros de la historia de la navegación. Se sabe que murieron mas de un millar de personas y se han hecho numerosas especulaciones acerca del motivo por el cual se hundió un transatlántico considerado el mas seguro del mundo. Lo que se conoce poco es que uno de los pasajeros ahogados, Lord Canterville, llevaba en el barco, cerca del puente de mando, la momia de una pitonisa que actuó durante el reinado de Amenofis IV. La misma tenia un brazalete con la siguiente leyenda: "Despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilara a todos aquellos que quisieron adueñarse de ti".




7. Posibles Causas

Sean del orden mágico o meramente científico, lo cierto es que no son pocas las muertes extrañas vinculadas al descubrimiento de la tumba de Tutankamon y otras momias. Como es natural, el origen de estas muertes fue investigado por quienes no se conforman con la explicación mágica. De esta forma se habló de venenos de contacto cuyas propiedades tóxicas no caducan; de gases tóxicos producidos por la descomposición y el encierro; de hongos tóxicos depositados en las tumbas por sumos sacerdotes ( El British Medical Journal arriesgo la teoría de que Lord Carnarvon murió al tocar en una vajilla un hongo patógeno llamado histoplasma capsulatum ).

Para agotar el arsenal científico, hace unos años el científico nuclear Bulgarini opino que los egipcios ya conocían la energía atómica y que en ese marco cabía la posibilidad que hubieran utilizado uranio radiactivo para proteger a los reyes de los profanadores.

Hace ya muchos años que no se habla de la maldición de las momias. Los incrédulos, al parecer, habían ganado la batalla ya que cualquier episodio reciente vinculado a objetos "malditos" seguidos de muerte, son rápidamente archivados. Lo real es que las teorías basadas en venenos y gases radioactivos, bien pueden explicar algunas de las muertes, no así los casos de accidentes o suicidios, aunque sean producidos por sugestión.

La casualidad, se sabe, no existe; pero una suma de ellas siempre es algo mas que una simple casualidad.







8. Mapas de las Pirámides de Egipto

Guiza Plano General








9. Conclusiones


Los grandes templos, las tumbas y las extraordinarias pirámides del valle del Nilo han convertido a Egipto en un lugar fascinante, motivo de inspiración para el viajero, desde, aproximadamente, los últimos tres mil años.


Los egipcios ejecutaron obras maestras con instrumentos demasiado rudimentarios. Desarrollaron un arte majestuoso y se muestra en los sepulcros que construyeron, así como las decoraciones y el mobiliario, que son una fuente más fecunda para conocer sus creencias, esperanzas e ideales, y por consiguiente su arte, que los de cualquier otra civilización de la Antigüedad.


Mi trabajo de investigación va orientado hacia la cultura egipcia ya que me parece muy interesante todo lo relacionado con esta forma de ser y vivir.


Más importante que sus viviendas(residencia temporal)eran para los egipcios sus tumbas, donde esperaban pasar toda la eternidad. Las tumbas prehistóricas estaban cubiertas por túmulos de arena o de piedra suelta, pero el viento del desierto barría la arena y los chacales hurgaban entre las piedras.


Los egipcios antiguos creían que después de la muerte el espíritu de los difuntos continuaba viviendo, así que no escatimaban esfuerzos para asegurarse de que disfrutarían la vida ultraterrena.


Durante el Imperio Antiguo solamente los faraones tenían derecho a pasar a la vida futura. Ya llegando al Imperio nuevo(11 siglos después), todos los egipcios podían participar en ella.


A fin de lograrlo, usaban compuestos de sales, especias y resinas que preservaban y secaban el cuerpo convirtiéndolo en una momia arrugada; después lo rellenaban y lo envolvían en finas vendas de lino.


Los obreros trabajaban en cuadrillas de 18 ó 20, subiendo los pesados bloques de piedra por rampas para ponerlos en su lugar.


Para facilitar levantar los bloques, éstos eran arrastrados por rampas: tres para subir y una para bajar.


La grandeza se encuentra en la calidad y en la duración del arte mismo, en este caso, la simetría de masas que se advierte en las pirámides.


En la actualidad, las pirámides de Egipto son motivo de admiración y de interés, la majestuosidad ha perdurado y seguirá perdurando hasta que el tiempo las logre derrumbar
.

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